Medio Ambiente desarrolla desde esta semana una nueva campaña para el control y tratamiento de la oruga procesionaria

/ Comunicación

El Ayuntamiento de Chiclana ha iniciado esta semana, a través de la delegación de Medio Ambiente, las labores destinadas al tratamiento y control de la oruga procesionaria del pino. Dicha actuación se desarrollará a lo largo de los próximos 15 días en los diferentes espacios de titularidad pública del término municipal de Chiclana, más concretamente, en parques públicos, diferentes masas forestales, arboledas situadas en el viario urbano y centros escolares durante el horario no lectivo.

El delegado de Medio Ambiente, Roberto Palmero, ha señalado que “como principal novedad de esta nueva campaña de control de la procesionaria hay que destacar que los trabajos no serán desempeñados por una empresa contratada a tal efecto, sino que los desarrollará la propia concesionaria encargada de los servicios de conservación, mantenimiento y mejora de las zonas verdes de la ciudad, que está utilizando una maquinaria específica para la fumigación del arbolado y la eliminación de esta peligrosa especie de oruga”. En este sentido, el delegado se ha referido a que “el desempeño de estos trabajos por parte de Orto responde al paquete de mejoras que se incluyó el pasado año en el nuevo contrato de parques y jardines”.

Roberto Palmero ha recordado que “estas tareas, que deben realizarse de manera periódica, tienen como objetivo que las posibles plagas de oruga procesionaria que afectan a los pinos en esta época del año estén controladas en todo momento. En función  del éxito de esta primera fase del tratamiento, en el mes de octubre, época en la que el insecto se encuentra en su fase de larva, se pondrá en marcha una segunda fase de control”. Igualmente, el delegado ha hecho un llamamiento a las personas propietarias de parcelas privadas, recordando que “también deben actuar durante estas fechas en sus árboles para potenciar los efectos del tratamiento que se está desarrollando en los espacios y zonas verdes municipales”.

El tratamiento contra la oruga procesionaria que prolifera en estas fechas en campos y parques es fundamental para la ciudadanía, ya que este lepidóptero supone un riesgo para menores y animales de compañía más allá del contacto directo, puesto que los filamentos urticantes que cubren el cuerpo de esta especie pueden flotar en el aire y provocar irritaciones en la piel, los ojos o la nariz al entrar en contacto con personas o animales.